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lunes, 16 de febrero de 2009

Filomeno y la brisa de medianoche

Joder, esto no puede estar pasando... parece que... esto es... si. Voy a sacar la lengua a ver que pasa. Calor, humedad... si, esta tia debe estar loca. Si yo hubiera hecho esto se llamaría violación. Espera, esto es una violación. ¡Me está violando! Pero entonces tengo que oponer resistencia. Tengo que sacar la lengua de este pozo. Tengo que quitar las manos de estos muslos, tengo que dejar de escuchar su respiración, porque respira de una manera... y se arquea, y eso que veo a contraluz tan redondo, teeeetas, sin duda.
Y ahora parece que toda mi lengua ha desaparecido dentro de ella, esta violación no es tan desagradable. Pero precisamente eso es lo terrible, Filomeno, ¡reacciona!

Me coge las manos, no puedo soltarme, en realidad me encanta que me coja las manos y, hala, se las pone sobre las tetas, mis manos, umm, esto esta muy bien, si me dejara levantarme...
Anda, ni que me hubiera leido la mente. Se tumba sobre la alfombra, mira que no hay mierda en la alfombra, y de repente tengo la cabeza de nuevo entre sus piernas como si el movimiento lo hubieramos hecho los dos juntos, pero ahora le muerdo los muslos, casi los mastico, y la panza, ¿qué hora es? yo quería que esto fuera de otra manera, si es que a ella no la conozco de nada, ¿le gustará Bobobó? ¿Cowboy Bebop? Yo quiero que se disfrace de Rei Ayanami... Y ahora me hace colocarme sobre ella, es como muy marimandona, ¿no? Ahora, pezones piel dorada, y qué bien huele y eso que la ropa que lleva está sucia, y qué bien huele, voy a, si, el sobaco, mi lengua, qué sed tenía, umm, ay, me ha agarrado por el asa, qué hace, joder, si acabo de soltar todo el cargamentooo, ay.

No.

Se sienta en mi sofá. Me mira de forma rara, con los ajos achinados, la nariz fruncida. Se viste lentamente. Se viste de una manera que, se viste y el pelo le cae sobre la mejilla y las tetas se mueven con ella de una manera, se pone su camiseta ¿no llevaba sujetador? me gusta, es como si hubiera abierto un regalo y ahora se estuviera envolviendo de nuevo... ehhh, a todo esto ¿volverá?
Me entra dolor de barriga al pensarlo. Entonces me habla, no ha dicho nada en todo este rato, o a lo mejor no me he enterado. Me dice, ven, vamos a casa de un amigo.
No se cuándo me he quitado la camiseta pero me la he quitado, asi que me la pongo, salimos. En el ascensor no decimos nada, ella mira al suelo y el pelo le tapa la cara. Acerco una mano para tocarla pero me aparta. ¿Eres capaz de llevarme en bici? pregunta. No se. Salimos a la calle, ya es tarde, las doce por lo menos medianoche, digo en voz alta. Me mira con cara de perdonarme la vida, siempre me los busco gilipollas, en realidad me encanta, eso dice. Le quita el candado a la bici. Monta, dice, se sube en el manillar, pedaleo, la bici hace unas eses, ella se levanta la falda, me encanta que la brisa de medianoche me de en el coño, dice, despues dice otra vez, medianoche, y después se ríe, ¿seguro que has leído muchos libros, verdad? Eneko te caerá bien.