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martes, 10 de febrero de 2009

Té del desierto

Me pongo a preparar el te. Pongo agua a calentar en un cazo, echo una cucharada de te verde en la tetera. Cuando el agua esta hirviendo, echo un poco en la tetera para lavar el te, quitarle el sabor amargo. Echo cinco cucharadas grandes de azucar y un manojo de hierbabuena. Es te al estilo de los beduinos del desierto. Pienso en algo que me han contando: algunos de estos beduinos son adictos al te y se pasan el dia entero bebiendo. Cuando van a beber te se les saltan las lagrimas al anticipar el placer. Me sirvo un vasito e intento que se me salten las lagrimas. Sorbo haciendo mucho ruido shrrrb shhhrrrb shhrrrrbb.

Un ruido distinto me sobresalta, algo me aprieta la barriga. La tia que ha subido ha decidido darme un susto o sorpresa. Se me cae el vaso y se estrella contra el suelo. Asi que me doy la vuelta y la empujo. Trastabillea, tropieza con una silla, se cae de culo.

Se queda ahi mirandome con los ojos muy abiertos. En una mano lleva a Leoncio, un leon de peluche que tengo, y se esta manchando con el te. Le arranco a Leoncio de las manos y profiero mi grito de batalla. De repente ella abre la boca y profiere a su vez lo que parece un grito de batalla en toda regla. Arranca a Leoncio de mi abrazo protector y con ambas manos me empuja contra la encimera de la cocina, haciendome perder el equilibrio de tal modo que mi cabeza golpea la tetera y su contenido se distribuye aleatoriamente sobre mi cuerpo. Al apoyarme instintivamente en el suelo, mis manos encuentran los poco amistosos cristales del vasito que hace poco se ha roto. Grito de dolor ahora, no de batalla. La tia se ha puesto de pie y me esta pisando la barriga y comenta que sin duda soy un pervertido al que le gusta pegar a las mujeres. Estoy soltando mucha sangre, hay ya un charco que me empapa los pantalones del pijama, que no me he quitado hoy. Me pongo a llorar, sin prisa pero sin parar; se ha abierto la compuerta y me siento bien; me sorbo los mocos. Entre lagrimas, veo a la tia cuyo nombre ni siquiera conozco ponerse en cuclillas frente a mi. Me dice algo como que la sociedad esta haciendo daño a la propia gente que la forma, me pregunta de que vivo, se rie cuando le contesto que vivo vendiendo videos de dibujos animados por ebay.

Recogemos el desaguisado en silencio. Entonces ella saca dos cervezas del frigorifico, me dice que me quite el pijama. Vamos al cuarto de baño. Me limpia; como tu mama, me dice, escuece, digo. Nos sentamos en el sofa apartando cajas de pizza. Sois unos maricones. Los tios de hoy sois unos maricones inmaduros. Cerveza y porros dice, bueno al menos no es nada del otro mundo, dice, aunque eso es lo peor, la jaula mas mala es la que no se le ven los barrotes, dice. Esta soltando un gran discurso. Utiliza palabras bonitas, bellas metaforas, debe de ser universitaria. Empiezo a concentrarme en sus tetas. Se hace un porro, fumamos. Se hace otro porro.

Me froto los ojos; por la ventana la noche, algunos coches, me he quedado dormido. La tia se ha ido. Busco a mi alrededor el tabaco, la piedra, me hago un porro.