Wyvern 4

-Pasen por aquí, les están esperando-. Soltó el cubano con presteza.
Paul y Frank se levantaron de unas sillas aterciopeladas de color azul mientras escuchaban pasos de gente corriendo de un lado a otro, caras de preocupación y cuchicheos. Al parecer todo al que se iban encontrando por el largo pasillo les miraba con gesto de incredulidad y ¿por qué no? de lo que parecía ser esperanza.
Tomaron un ascensor y vieron como el cubano introducía una llave en el panel de mandos y al instante apareció otro botón con el número 23.Lo pulsó y comenzaron a subir. Al cabo de diez segundos el ascensor volvió a abrirse y ante ellos una puerta de madera de roble de doble hoja graznó. Multitud de engranajes comenzaron su cántico.
- Entren por aquí, el canciller Gormeti desea hablar con ambos-.
-¿"Gurmeti"?, y ¿quién cojones es Gurmeti?. No conocemos a ningún Gurmeti. Paul ¿que pasa?.
Paul contestó con un encogimiento de hombros y abrió la pueta. Entraron.
El canciller Gormeti estaba sudando y al mando de una máquina parecida al tetris de la cual no paraban de caer piezas que él iba ordenando pulcramente.
-La reina del Death metal ha sido secuestrada, tenéis que ayudarnos, solo ella puede poner orden en este caos-.